¿Sabía que después de la implementación de la Ley Rider en 2021 en España, van más de 4 mil repartidores despedidos y cada vez las plataformas se han visto obligadas a cerrar sus servicios en más ciudades? Además, el gobierno implementó esta ley sin importarle que más del 80% de los repartidores en España querían continuar siendo autónomos, sin ser contratados como empleados por las plataformas. Esto son algunos de los datos que Jordi Mateo, presidente de la Asociación Profesional de Riders Autónomos (APRA) ha dado a conocer en diferentes medios y entrevistas; “Lo que queríamos más del 80% de los repartidores en todo el país, era seguir siendo autónomos. Nos estaban vendiendo que nos querían salvar la precariedad, sin embargo, la precariedad ha llegado ahora”.
Recientemente, Jordi Mateo dio una entrevista para hablar sobre la Ley Rider, pero también sobre los planes que tiene el gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, de implementar una ley similar y recomendó a los repartidores mexicanos que salgan a la calle ante legislaciones de este tipo: “los gobiernos deben legislar, pero teniendo en cuenta a los afectados. Hagan toda la presión suficiente para que el gobierno de la Ciudad de México no legisle esta ley a espaldas de los repartidores”.
Por otro lado, en diciembre pasado, a través de un comunicado, la Comisión Europea anunció la propuesta de un conjunto de medidas que, según explican, “mejorarán las condiciones laborales en los trabajos de plataforma“. Medios de comunicación y expertos han encontrado en esto un espejo de la Ley Rider. En tanto, de acuerdo con el portal eldiario.es, el cual retoma un análisis de la Confederación Europea de Sindicatos, las principales plataformas como Uber, Glovo, Deliveroo y Amazon, no superan los requisitos fundamentales de dicha propuesta, es decir, así como en España, las plataformas se verían obligadas a desconectar a miles de repartidores, a cerrar sus servicios en cientos de ciudades y tal como lo menciona Jordi Mateo, los repartidores, sin ser escuchados, acabarían perdiéndolo todo. Sólo que le impacto no se remitiría a un solo país, sino a toda la Unión Europea.
Tanto en México, como en otros países, se debe aprender de la experiencia de otros para evitar cometer los mismos errores. Cualquier ley que pretenda reproducir el desastre de la Ley Rider, sin escuchar a todos los actores del ecosistema, como los propios repartidores, está condenada a impactar negativamente y generar la verdadera precariedad.